viernes, 1 de enero de 2016

Cinco formas de reconocer a un cuico en Chile

Cinco formas de reconocer a un “cuico” en Chile

Bien sabemos que en este país el clasismo es algo que nos caracteriza. Y no solo de arriba para abajo, como nos quieren hacer ver, sino hacia todos lados. Chile está formado por grupitos homogéneos que discriminan a los que no se parecen a ellos, y todos se sienten “mejores”, por un u otro motivo, que el resto. Y no va solamente para los llamados “ABC1”. Pero es de ellos, sin embargo, de quién se hablará ahora.

 Y no quiero referirme a los ABC1 según las estadísticas, digo, por el tema económico, porque eso no es lo que distingue a un cuico de un “no-cuico”. Puede haber quebrado, puede no tener buena situación económica, pero la clase permanece. Y si, por otro lado, un “roto” (me carga el término, pero lo voy a utilizar) surge, tiene plata y se compra casa en La Dehesa, tampoco va a ser convertido automáticamente, ni de ninguna forma, en “cuico”. Porque es algo que va en la formación, en la crianza.

 Así que, aquí vamos.

1: la manera de hablar


Y no estoy hablando con esto solo de la típica “papa en la boca”, ni del sonsonete lento (y fome) de las mujeres. Me refiero a un selecto vocabulario, de palabras que se dicen y no se dicen. Recuerdo a mi primo, Felipe, que a los tres o cuatro años, no me acuerdo, escribió una larga lista de las “palabras chulas”. Así que, intentando hacer memoria, voy a dar un ejemplo de las palabras prohibidas.

1.     Cine. ¡Por favor! Se dice teatro. Viene, claro, de los antepasados prehistóricos que iban al teatro real, donde se ven obras, a ver películas proyectadas también. Y claro, antes era el “biógrafo”, pero eso ya está extinto.
2.     Lentes. De lo último, mijo. Se dice anteojos, de lo contrario, te mando para la pobla.
3.     Falda. Algunos se ríen al escuchar la palabra alternativa para esta chulería, pero es cierto: se dice pollera. Y no, no tiene nada que ver con los pollos, ni con Agrosuper, ni con la colusión (supongo).
4.     Cepillo: Último, último, último. La palabra correcta es escobilla.  Así que nada de “pásame el cepillo de dientes”.
5.     Lonchera: La verdad es que nunca entendí cual era la palabra alternativa “oficial” para ésta. He oído decir “coleman”, “pic-nic”, “lunch”, y hasta “termo” (¿el termo no era acaso ese cilindro metálico para guardar el calor?)
6.     Completo: Ésta si que es atroz de rasca, qué quieres que te diga. Debes utilizar la palabra anglosajona “hot-dog”. Nada que decir.

Podría seguir eternamente, pero me da lata. Así que vamos al siguiente punto.


2: El barrio


En esto no hay mucho que decir. Antiguamente sería Providencia y esos lugares, pero ahora, si no vives en Vitacura, Las Condes, Santa María de Manquehue, Lo Curro, Chicureo (ojo, Chicureo, no Colina) o La Dehesa, estás mal.

 Ir a Ñuñoa ya es, por ejemplo, alejarse muchísimo de la zona de confort. Para los que conocen Ñuñoa, claro. Algunos ni bajan de Providencia.


3: Los colegios



Para los más conservadores, quedarían los del Opus, los Legionarios, alguno que otro de Shoenstantt como el San Benito y colegios antiguos como el Verbo, por ejemplo, (Colegio Verbo Divino) o incluso el Villa María. Los arcaicos “Sagrados Corazones”, “Padres Franceses”, “Monjas Inglesas” (que creo que es lo mismo que los SSCC), ya fueron en decadencia. Ahora, quedan los ya mencionados.  Ah, y alguno que otro los mete en los colegios bilingües, pero esos ya no son tan conservadores. Recuerden, es importante la religión, para mantener la “moral” que con tanto orgullo muestran.

 En provincia puede ir variando la cosa, claro, pero igual tenemos una buena cantidad de colegios Opus y Legionarios a lo largo y ancho de Chile


4: los lugares de veraneo


(una casita "piola" en Las Brisas)


“Papudo, ¿qué es eso?”. “¿Cartagena, de dónde salió? Ahí iba mi bisabuelo pero creo que luego se la tragó la tierra.”

 No, los lugares para descansar y pasar el verano pueden ser múltiples, pero los más conocidos son los siguientes.

1.     Zapallar.
2.     Cachagua (aunque ya va un poco en decadencia, mucho chulo que se mete)
3.     Alguno que otro, porque los abuelitos tenían casa, en Algarrobo. Muy en decadencia, claro.
4.     Santo Domingo.
5.     El más selecto, a mi juicio, es ese balneario y club de golf cerca de Santo Domingo, “Las Brisas”. (Pueden googlearlo si quieren)

 Me explico, para hacerse socio, no solo pagas una cantidad enorme de plata, sino que además en el Club House exhiben el nombre del candidato para que los ya socios (cuicos consolidados), juzguen si es apropiado aceptarlo en el “grupito”.