Cinco formas de
reconocer a un “cuico” en Chile
Bien
sabemos que en este país el clasismo es algo que nos caracteriza. Y no solo de
arriba para abajo, como nos quieren hacer ver, sino hacia todos lados. Chile
está formado por grupitos homogéneos que discriminan a los que no se parecen a
ellos, y todos se sienten “mejores”, por un u otro motivo, que el resto. Y no
va solamente para los llamados “ABC1”. Pero es de ellos, sin embargo, de quién
se hablará ahora.
Y no quiero referirme a los ABC1 según las estadísticas,
digo, por el tema económico, porque eso no es lo que distingue a un cuico de un
“no-cuico”. Puede haber quebrado, puede no tener buena situación económica,
pero la clase permanece. Y si, por otro lado, un “roto” (me carga el término,
pero lo voy a utilizar) surge, tiene plata y se compra casa en La Dehesa,
tampoco va a ser convertido automáticamente, ni de ninguna forma, en “cuico”.
Porque es algo que va en la formación, en la crianza.
Así que, aquí vamos.
1: la manera de hablar
Y no
estoy hablando con esto solo de la típica “papa en la boca”, ni del sonsonete
lento (y fome) de las mujeres. Me refiero a un selecto vocabulario, de palabras
que se dicen y no se dicen. Recuerdo a mi primo, Felipe, que a los tres o
cuatro años, no me acuerdo, escribió una larga lista de las “palabras chulas”.
Así que, intentando hacer memoria, voy a dar un ejemplo de las palabras prohibidas.
1. Cine. ¡Por favor! Se dice teatro. Viene, claro, de los antepasados prehistóricos que iban al
teatro real, donde se ven obras, a ver películas proyectadas también. Y claro,
antes era el “biógrafo”, pero eso ya está extinto.
2. Lentes. De lo último, mijo. Se dice anteojos, de lo contrario, te mando para
la pobla.
3. Falda. Algunos se ríen al escuchar la palabra
alternativa para esta chulería, pero es cierto: se dice pollera. Y no, no tiene nada que ver con los pollos, ni con
Agrosuper, ni con la colusión (supongo).
4. Cepillo: Último, último, último.
La palabra correcta es escobilla. Así que nada de “pásame el cepillo de
dientes”.
5. Lonchera: La verdad es que nunca
entendí cual era la palabra alternativa “oficial” para ésta. He oído decir
“coleman”, “pic-nic”, “lunch”, y hasta “termo” (¿el termo no era acaso ese
cilindro metálico para guardar el calor?)
6. Completo: Ésta si que es atroz de
rasca, qué quieres que te diga. Debes utilizar la palabra anglosajona “hot-dog”. Nada que decir.
Podría seguir eternamente, pero me da lata. Así que vamos al
siguiente punto.
2: El barrio
En
esto no hay mucho que decir. Antiguamente sería Providencia y esos lugares,
pero ahora, si no vives en Vitacura, Las Condes, Santa María de Manquehue, Lo
Curro, Chicureo (ojo, Chicureo, no Colina) o La Dehesa, estás mal.
Ir a Ñuñoa ya es, por ejemplo, alejarse
muchísimo de la zona de confort. Para los que conocen Ñuñoa, claro. Algunos ni
bajan de Providencia.
3: Los colegios
Para
los más conservadores, quedarían los del Opus, los Legionarios, alguno que otro
de Shoenstantt como el San Benito y colegios antiguos como el Verbo, por
ejemplo, (Colegio Verbo Divino) o incluso el Villa María. Los arcaicos
“Sagrados Corazones”, “Padres Franceses”, “Monjas Inglesas” (que creo que es lo
mismo que los SSCC), ya fueron en decadencia. Ahora, quedan los ya
mencionados. Ah, y alguno que otro los
mete en los colegios bilingües, pero esos ya no son tan conservadores.
Recuerden, es importante la religión, para mantener la “moral” que con tanto
orgullo muestran.
En provincia puede ir variando la cosa, claro,
pero igual tenemos una buena cantidad de colegios Opus y Legionarios a lo largo
y ancho de Chile
4: los lugares de veraneo
(una casita "piola" en Las Brisas)
“Papudo,
¿qué es eso?”. “¿Cartagena, de dónde salió? Ahí iba mi bisabuelo pero creo que
luego se la tragó la tierra.”
No, los lugares para descansar y pasar el
verano pueden ser múltiples, pero los más conocidos son los siguientes.
1. Zapallar.
2. Cachagua
(aunque ya va un poco en decadencia, mucho chulo que se mete)
3. Alguno
que otro, porque los abuelitos tenían casa, en Algarrobo. Muy en decadencia,
claro.
4. Santo
Domingo.
5. El más
selecto, a mi juicio, es ese balneario y club de golf cerca de Santo Domingo, “Las Brisas”. (Pueden googlearlo si quieren)
Me
explico, para hacerse socio, no solo pagas una cantidad enorme de plata, sino
que además en el Club House exhiben el nombre del candidato para que los ya
socios (cuicos consolidados), juzguen si es apropiado aceptarlo en el “grupito”.